Una vez capturado, el calamar es un importante producto de comercialización que va destinado a distintos puntos de distribución. También es utilizado como cebo de peces para pescadores tradicionales.
Restaurantes de muchas partes del mundo ofrecen dentro de sus menús calamar en distintas presentaciones, y en naciones como Perú, se lleva a cabo la pesca artesanal donde no hace mucho se ideó y elaboró la harina de pota precocida, ideal para el consumo humano.
Estas harinas se pueden combinar con otros componentes en la fabricación de galletas, pastas, papillas infantiles o sopas. Se dice que este producto contiene altor valor nutritivo y su elaboración no es muy costosa, hecho con el cual se cree que pueda solucionarse el tema del hambre en los países más necesitados.
Doryteuthis pealeii se ha requerido para cebo desde finales de 1800 y su carne ha sido comercializada con gran éxito debido a su carne suave y dulce. Esta especie ha sido capturada mayormente en las aguas del noroeste del océano Atlántico bajo un control estricto, en el que se cuida la abundancia de ejemplares que quedan en el mar. En caso de presentarse alguna irregularidad, a los pescadores se les ajusta la cantidad de calamares que pueden atrapar en una temporada.
Se dice que la harina de pota precocida podría solucionar el tema del hambre en los países más necesitados.
Dicha especie tiene una rápida reproducción y un acelerado crecimiento, pero también una expectativa de vida muy corta, por lo que es importante dejar que complete su ciclo reproductivo para que pueda desovar y crear nueva vida; es por ello que solo barcos autorizados pueden efectuar su captura. Esta forma de equilibrar la pesca comercial con la supervivencia de la especie ha sido adquirida por varios países.
La pesca del calamar Doryteuthis (Loligo) opalescens tuvo gran auge en la década de 1980. Tal como la especie antes mencionada (Doryteuthis pealeii), se verificaba estrictamente que antes de la captura, ya hayan desovado, esto con el fin de garantizar buena cantidad de individuos para la siguiente temporada.
Según datos emitidos por NOAA Fish Watch, la pesca de calamar en los Estados Unidos es una actividad importante que requiere orden y control. Por ello, las redes de pesca para ciertas especies de calamares son relativamente cortas comparadas con redes utilizadas hacia otras especies, lo que reduce el impacto dañino con el fondo marino.
La captura incidental es generalmente baja en algunas zonas, pues los pescadores emplean luces para atraer a los téutidos a los barcos, para luego rodearlos con las redes y evitar que otro tipo de fauna marina quede atrapada accidentalmente.
Las toneladas de calamar que se atrapan cada año afecta la alimentación de múltiples especies marinas.
En otras regiones sí se ha logrado ver huevos de calamar atorados en los materiales pesqueros que llegaron a tocar el suelo arenoso, así como mamíferos marinos, calderones, delfines, peces espada y varios tipos de tiburones. Como solución a este lamentable resultado, los pescadores siguen una serie de normas que minimizan las capturas incidentales.
Las toneladas de calamar que se atrapan cada año desencadenan desequilibrios en los hábitos alimenticios de cientos de animales marinos que dependen de ellos para subsistir. El control que el hombre tiene sobre sus poblaciones, hace que en cada temporada de pesca la cantidad disminuya considerablemente.
Sin embargo, toda esta regulación de pesca es absurda para organizaciones sociales como PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales), pues esta agrupación lucha por los derechos de los animales sin importar si se tratan de mamíferos, peces, moluscos, o cualquier otra forma de vida, ya que para ellos todos son capaces de sentir dolor, por lo que, claramente, están totalmente en contra de la actividad pesquera.