¿Los calamares están en peligro de extinción? Esta es una pregunta que envuelve un gran misterio y preocupación, puesto que la gran mayoría de las especies de calamar no tienen un estudio científico profundo que permita conocer el estado actual de sus poblaciones.
Un cierto porcentaje de las especies están catalogadas como animales de Preocupación Menor (LC, por sus siglas en inglés, Least Concern) por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), lo que significa que están fuera de peligro por el momento, mas no exentos de las amenazas que en unos años podrían desatarse.
La depredación natural no es parte de una importante problemática hacia ellos, pues pese a que grandes ballenas y otros mamíferos marinos, aves, entre otros tipos de fauna, consumen cantidades considerables de calamares, no logra evitar que las poblaciones puedan reproducirse y dejar nueva descendencia. Además, esto forma parte de la misma naturaleza y los animales actúan instintivamente para sobrevivir, es decir, el equilibrio ecológico se realiza de manera cíclica y “automática”.
Con relación a la pesca, no todas las especies son utilizadas con fines comerciales, por lo que su pesca no es un problema que tengan que enfrentar. Se cree que esas poblaciones son las más estables, comparadas con otras que sí son capturadas en grandes masas.
La pesca del calamar de Humboldt pasó de 100 toneladas en 1965 a 800 mil toneladas en 2010.
Dosidicus gigas o calamar de Humboldt ha sido objeto de pesca desde el año 1965 donde se comenzó con la recolección de 100 toneladas de individuos. Ahora la captura ha llegado a cifras mayúsculas de 800,000 toneladas en el 2010, un aumento exorbitante que podría ponerlos en riesgo de sobreexplotación y afectar las cadenas tróficas oceánicas.
El calamar diamante (Thysanoteuthis rhombus) también se enfrenta a la pesca en el Mar del Japón, pero no de forma tradicional sino en enormes cantidades, pues las pescas anuales entre 1960 y 1994 fueron de 600 toneladas, el cual es un número bastante elevado, pero no comparado con las 3,700 toneladas que se registran desde 1995. Las poblaciones de esta especie aún son estables, pero el problema pesquero es una amenaza potencial de la cual no hay que bajar la guardia.
Las consecuencias de la sobrepesca de un organismo marino son más alarmantes de lo que se cree. En la mitad del siglo XX grupos internacionales reunieron esfuerzos para establecer políticas favorables en las operaciones de la pesca industrial; sin embargo, esto continúa siendo un problema difícil de controlar.
Hasta la fecha no han sido aprobadas medidas de conservación para los calamares.
Hasta la fecha no han sido aprobadas medidas de conservación para los calamares, ya que hacen falta investigaciones que determinen su rango de distribución, sus dinámicas de población, todas las amenazas potenciales que los rodean, así como sus hábitos, su ciclo de vida y la importancia ecológica que representan. Esto no es una tarea fácil debido a su ubicación (aguas oceánicas) y a las profundidades que pueden llegar a alcanzar. El equipo humano para llegar a tales zonas representa un costo elevado y un riesgo para los investigadores, pero cabe mencionar que esto no significa que se ha perdido el interés por aprender sobre estos magníficos seres marinos.
Aparte de la pesca excesiva, los calamares se enfrentan a la destrucción de su hábitat (los que viven a pocas profundidades), a la contaminación, y por supuesto, al cambio climático que viene acompañado de múltiples consecuencias.